En tu rincón artesanal
y con tus gafas de soñar,
adivinas nubes que surcar.
Colores, te rebosan.
De armas, no has oído hablar.
Pecado capital atarte,
hijo pródigo de la libertad.
Supino el latido.
Miel en los ojos.
(Así eres tú)
Espero que este texto pueda leerlo la persona a la que va dirigida. Seguro que se lo merece.
ResponderEliminarLo hizo hace tiempo y confio en que no lo ha olvidado.
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